cuando la lanzadera por fin aposentó sobre el suelo de aquel planeta estéril antaño llamado Tierra el capitán dio un traspiés de borracho que condujo su mano casualmente al sexo de la médico a bordo.
inspeccionaron la orbe sin encontrar más rastro de existencia inteligente que el borrador de esta absurda anécdota debajo de una piedra.
huyeron despavoridos.
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