4/10/12

absurdo anecdotario 6

conozco a un poeta que tiene un boli solo para escribir guarradas. la tinta es marrón. dice que si supiera en qué oscuros agujeros ha estado no posaría mi mirada en él de esa manera mía: despreocupada y bobalicona.
sólo escribe esas guarradas suyas en un cuaderno verde moco. nunca enseña a nadie las palabras que contiene. dice que el mundo no está preparado para semejantes barbaridades: sucios mojigatos y tarados mentales.
utiliza para todo esto media mitad del cerebro mediante una sustancia para mí desconocida. sólo los artistas saben usar las drogas, condición indispensable para su tarea el estar locos. dice que el trazo le queda irregular, y que no hablaríamos con él si supiésemos la naturaleza de su catalizador de ordinarieces extraordinarias y enrevesadas.

he aprendido con él a no ser curioso. le creo. no me conviene enmarronarme.
también es cierto que ha prometido dejarme en herencia todo este material.
la verdad es que muero de impaciencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario